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WILLIAM BARCLAY

COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO

–Tomo 4–

Evangelio según San Lucas

Editorial CLIE

Ferrocarril, 8

08232 VILADECAVALLS (Barcelona)

COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO

Volumen 04 - Lucas

Traductor de la Obra completa: Alberto Araujo

© por C. William Barclay. Publicado originalmente en 1970

y actualizado en 1991 por The Saint Andrew Press,

121 George Street, Edimburgh, EH2 4YN, Escocia.

© 1997 por CLIE para la versión española.

ISBN 978-84-7645-749-8 Obra completa

ISBN 978-84-8267-720-0 Volumen 04

Clasifíquese: 0219 COMENTARIOS COMPLETOS N.T. -Lucas

C.T.C. 01-02-0219-09

Referencia: 22.38.48

PRESENTACIÓN DEL COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO DE WILLIAM BARCLAY

William Barclay, pastor de la Iglesia de Escocia y profesor de Nuevo Testamento en la Universidad de Glasgow, es internacionalmente conocido y apreciado como maestro en el arte de la exposición de la Palabra de Dios. Entre sus más de sesenta obras, la que ha alcanzado mayor difusión en muchos países y lenguas es, sin duda, el Comentario al Nuevo Testamento que presentamos en su nueva edición española.

Empezó con la publicación improvisada y aislada del comentario de los Hechos de los Apóstoles; pero aquel librito manejable y económico tuvo un éxito tan inesperado y extraordinario que se convirtió en el primero de los diecisiete volúmenes que componen el Comentario al Nuevo Testamento que William Barclay completó en seis años, récord no superado por editoriales con muchos más medios y colaboradores. Está destinado a los muchos que, en las iglesias o fuera de ellas, leen o quisieran leer la Biblia, pero les resulta difícil entenderla y aprovechar de su lectura tanto como quisieran.

La estructura del comentario a cada libro del Nuevo Testamento es sencilla. William Barclay nos ofrece al principio una introducción con información interesante acerca del autor, los destinatarios, las circunstancias en que se escribió y la enseñanza de cada libro; introducción que ya despeja muchas incógnitas y revela muchos detalles. A continuación, bajo un epígrafe que nos introduce el tema, encontramos correlativamente pasajes de longitud variable en traducción del mismo William Barclay, seguidos de una exposición breve pero suficiente en la que aclara las palabras, explica las circunstancias, introduce los personajes y propone la enseñanza para nuestra vida. Es un comentario informativo, edificante y relevante.

William Barclay solía decir que su propósito era poner los resultados de la investigación bíblica al alcance de lectores que no tienen estudios teológicos, y mostrar que la perenne actualidad de la enseñanza del Nuevo Testamento la hace pertinente y aplicable a todos los aspectos de nuestra vida; y, sobre todo, como William Barclay dice en todos sus libros, que Jesucristo no es meramente alguien que vivió y murió hace mucho tiempo y cuya vida y enseñanzas podemos estudiar como hacemos con otros personajes históricos; sino Alguien con Quien podemos tener un encuentro y de cuya compañía y amistad podemos disfrutar. Para ayudarnos «a conocer a Jesucristo más íntimamente, amarle más entrañablemente y seguirle más fielmente», como se dice en una oración inglesa que William Barclay coloca como lema en muchos de sus libros, los escribió. «Y muerto, aún habla por ellos.»

Alberto Araujo

ÍNDICE

Introducción al Evangelio según San Lucas

La introducción de un historiador (1:1-4)

Un hijo prometido (1:5-25)

El mensaje de Dios a María (1:26-38)

La paradoja de la bienaventuranza (1:39-45)

Un himno maravilloso (1:46-56)

Se llamará Juan (1:57-66)

El gozo de un padre (1:67-80)

El viaje a Belén (2:1-7)

Los pastores y los ángeles (2:8-20)

Cumpliendo las antiguas ceremonias (2:21-24)

Un sueño que se hace realidad (2:25-35)

Una preciosa ancianidad (2:36-40)

La aurora de la conciencia (2:41-52)

El correo del Rey (3:1-6)

La llamada de Juan al arrepentimiento (3:7-17)

Juan, apresado (3:18-20)

Llega la hora de Jesús (3:21, 22)

El linaje de Jesús (3:23-38)

La batalla con la tentación (4:1-13)

La primavera galilea (4:14, 15)

Sin honor en su propio país (4:16-30)

El espíritu de un demonio inmundo (4:31-37)

Milagro en la cabaña (4:38, 39)

Las multitudes insistentes (4:40-44)

Condiciones para un milagro (5:1-11)

Tocando lo intocable (5:12-15)

Se intensifica la oposición (5:16, 17)

Perdonado y curado (5:18-26)

El Huésped de un descastado (5:27-32)

La compañía feliz (5:33-35)

La nueva idea (5:36-39)

La creciente oposición (6:1-5)

El desafío de Jesús (6:6-11)

Jesús elige sus hombres (6:12-19)

El fin de los valores del mundo (6:20-26)

La regla de oro (6:27-38)

Reglas para la vida (6:39-45)

El único cimiento seguro (6:46-49)

La fe de un soldado (7:1-10)

La compasión de Jesús (7:11-17)

La prueba final (7:18-30)

La perversidad de los hombres (7:31-35)

El amor de una pecadora (7:36-50)

De camino (8:1-3)

El sembrador y la semilla (8:4-15)

Leyes de vida (8:16-18)

El verdadero parentesco (8:19-21)

Calma en medio de la tempestad (8:22-25)

La derrota de los demonios (8:26-39)

La curación de una hija única (8:40-42 y 49-56)

Perdida entre la multitud (8:43-48)

Los emisarios del Rey (9:1-9)

Comida para los hambrientos (9:10-17)

El gran descubrimiento (9:18-22)

Las condiciones del servicio (9:23-27)

En la cima de la montaña de la gloria (9:28-36)

La bajada del monte (9:37-45)

La verdadera grandeza (9:46-48)

Dos lecciones de tolerancia (9:49-56)

La honradez de Jesús (9:57-62)

Obreros para la cosecha (10:1-16)

La verdadera gloria del hombre (10:17-20)

La exigencia insuperable (10:21-24)

Quién es mi prójimo (10:25-37)

El choque de temperamentos (10:38-42)

Enséñanos a orar (11:1-4)

Pedid y recibiréis (11:5-13)

Una calumnia maliciosa (11:14-23)

El peligro del alma vacía (11:24-28)

La responsabilidad del privilegio (11:29-32)

El corazón entenebrecido (11:33-36)

El culto de los detalles y el olvido de lo esencial (11:37-44)

Los pecados de los legalistas (11:45-54)

El credo del valor y la confianza (12:1-12)

El lugar de las posesiones en la vida (12:13-34)

Estad preparados (12:35-48)

La venida de la espada (12:49-53)

Mientras hay tiempo (12:54-59)

El sufrimiento y el pecado (13:1-5)

El Evangelio de la nueva oportunidad y la amenaza de la última oportunidad (13:6-9)

La misericordia es más que la ley (13:10-17)

El Imperio de Cristo (13:18, 19)

La levadura del Reino (13:20, 21)

El riesgo de quedarse fuera (13:22-30)

Valor y ternura (13:31-35)

Bajo el escrutinio de gente hostil (14:1-6)

La necesidad de la humildad (14:7-11)

Caridad desinteresada (14:12-14)

El banquete del Rey y sus huéspedes (14:15-24)

Calculando el costo (14:25-33)

La sal insípida (14:34, 35)

La alegría del pastor (15:1-7)

La mujer que perdió y encontró una moneda (15:8-10)

La historia del amor de un padre (15:11-32)

El ejemplo de un hombre malo (16:1-13)

La ley que no cambia (16:14-18)

El castigo del insensible (16:19-31)

Las leyes de la vida cristiana (17:1-10)

Escasez de la gratitud (17:11-19)

Las señales de su venida (17:20-37)

Incansables en la oración (18:1-8)

El pecado del orgullo (18:9-14)

El maestro y los niños (18:15-17)

El que no quería pagar el precio (18:18-30)

La Cruz está al acecho (18:31-34)

Uno que no quería callar (18:35-43)

El Huésped del que todos despreciaban (19:1-10)

El Rey confía en sus siervos (19:11-27)

La entrada del Rey (19:28-40)

La piedad y la ira de Jesús (19:41-48)

¿Con qué autoridad? (20:1-8)

Una parábola que era una condenación (20:9-18)

César y Dios (20:19-26)

La pregunta de los saduceos (20:27-40)

La advertencia de Jesús (20:41-44)…

El amor a la gloria humana (20:45-47)

El precioso don (21:1-4)

Nuevas de problemas (21:5-24)

¡En guardia! (21:25-37)

Y Satanás entró en Judas (22:1-6)

La última cena juntos (22:7-23)

Rivalidad entre los discípulos de Cristo (22:24-30)

La tragedia de Pedro (22:31-38 y 54-62)

Hágase tu voluntad (22:39-46)

El beso del traidor (22:47-53)

Burlas y latigazos y juicio (22:63-71)

Juicio ante Pilato y silencio ante Herodes (23:1-12)

Los judíos le hacen chantaje a Pilato (23:13-25)

El camino del Calvario (23:26-31)

Le crucificaron allí (23:32-38)

La promesa del Paraíso (23:39-43)

El final de un largo día (23:44-49)

El que le prestó su tumba a Jesús (23:50-56)

¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? (24:1-12)

El ocaso que se convirtió en amanecer (24:13-35)

En el aposento alto (24:36-49)

El final feliz (24:50-53)

Bibliografía

INTRODUCCIÓN AL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

UN LIBRO ENCANTADOR Y SU AUTOR

Se ha dicho que el Evangelio según San Lucas es el libro más maravilloso del mundo. Una vez le pidió un americano al profesor Denney que le recomendara una buena vida de Cristo, y él le contestó:

—¿Ya conoce usted la que escribió Lucas?

Según una leyenda, Lucas era un experto pintor; hasta se conserva en una catedral española un retrato de María que se dice que fue pintado por él. No cabe duda que tenía ojo para las cosas vívidas. No erraríamos mucho si dijéramos que el tercer evangelio es la mejor vida de Cristo que se haya escrito jamás. La tradición ha creído siempre que Lucas fue su autor, y no tenemos por qué sentir escrúpulos en aceptarlo. En el mundo antiguo era corriente que se atribuyeran libros a las personas famosas; a nadie le parecía mal. Pero Lucas no fue nunca una de las figuras famosas de la Iglesia Primitiva. Si él no hubiera sido el autor, a nadie se le habría ocurrido atribuírselo.

Lucas era gentil; tiene la característica exclusiva de ser el único escritor del Nuevo Testamento que no era judío. Era médico de profesión (Colosenses 4:14), y tal vez eso era lo que le daba la gran ternura que poseía. Se ha dicho que el pastor ve a las personas en su mejor aspecto; el abogado, en el peor, y el médico, tal como son. Así veía Lucas a todo el mundo, y los amaba a todos.

El libro está dedicado a un hombre que se llamaba Teófilo. Se le llama Excelentísimo Señor, que era el título que se daba normalmente a los altos funcionarios del gobierno romano. No hay duda de que Lucas escribió su libro para hacerle saber más de Jesús a un honrado buscador; y tal semblanza de Jesús le dio a Teófilo, que debe de haber atraído su corazón más cerca del Jesús del que ya tenía noticias.

LOS SÍMBOLOS DE LOS EVANGELIOS

Cada uno de los cuatro evangelios se escribió desde un determinado punto de vista. En las vidrieras de colores de las catedrales se representan los cuatro evangelistas; y es corriente que cada uno vaya acompañado de un símbolo. Estos símbolos puede que no sean siempre los mismos; pero se les suelen asignar de la siguiente manera:

El emblema de Marcos es un hombre. Marcos es el más sencillo y claro de los evangelios. Se ha dicho bien que su característica es el realismo. Es el que más se parece a un reportaje de la vida de Jesús.

El emblema de Mateo es un león. Mateo era un judío que escribía para los judíos, y presenta a Jesús como el Mesías que todos los profetas habían anunciado: el León de la tribu de Judá.

El emblema de Juan es el águila. El águila es la que puede volar más alto de todas las aves. Se dice que es la única de todas las criaturas que puede mirar directamente al Sol. Juan es el evangelio teológico; sus vuelos de pensamiento son más altos que los de los otros. Es el evangelio en el que el filósofo puede encontrar temas en los que podría pasarse toda la vida, y que se podrán agotar sólo en la eternidad.

El símbolo de Lucas es el ternero. El ternero es el animal del sacrificio; y Lucas presenta a Jesús como el perfecto Sacrificio por todo el mundo. Es sobre todo en Lucas donde se derriban las barreras, y Jesús es para los judíos y para los gentiles, para los piadosos y para los pecadores igualmente. Es el Salvador del mundo. Tengámoslo presente al reseñar las características de este evangelio.

LA EXACTITUD DE UN HISTORIADOR

Lo primero y principal es que el Evangelio de Lucas es una obra realizada con un cuidado exquisito. Su griego es notablemente bueno. Los primeros cuatro versículos es probable que representen el mejor griego del Nuevo Testamento. En ellos afirma Lucas que su obra es el producto de la más cuidadosa investigación. Tuvo amplias oportunidades, y sus fuentes deben haber sido fidedignas. Como compañero de confianza de Pablo debe haber conocido a todas las grandes figuras de la iglesia, y podemos estar seguros de que él les haría contarle todo lo que sabían. Pasó dos años como compañero de Pablo en la cárcel de Cesarea, durante los cuales tuvo muchas oportunidades para estudiar e investigar, que sin duda aprovechó al máximo.

Un ejemplo de la exactitud de Lucas es la manera como fecha la aparición de Juan el Bautista. Lo hace por referencia a no menos de seis datos contemporáneos: «(1) En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, (2) siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, (3) y Herodes tetrarca de Galilea, (4) y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, (5) y Lisanias tetrarca de Abilinia, (6) y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan…» (Lucas 3:1, 2). Aquí tenemos a un hombre que escribe con exactitud y que pondrá el máximo cuidado posible al contarnos su relato.

EL EVANGELIO PARA LOS GENTILES

Está claro que Lucas escribió principalmente para los gentiles. Teófilo era gentil, lo mismo que Lucas, y no hay nada en su evangelio que no pudiera captar o entender un gentil. (a) Como hemos visto, Lucas empieza fechando un acontecimiento en referencia al emperador romano y al actual gobernador romano. La fecha romana aparece en primer lugar. (b) A diferencia de Mateo, Lucas no tiene interés especial en presentar la vida de Jesús como el cumplimiento de las profecías judías. (c) Rara vez cita el Antiguo Testamento. (d) Tiene la costumbre de dar los nombres hebreos en su equivalente griego para que le puedan entender los de cultura griega: Simón el cananeo aparece como Simón el zelota (cp. Lucas 6:15, con Mateo 10:4). El Calvario no recibe su nombre hebreo, Gólgota, sino el griego Kranion. Los dos quieren decir el lugar de la calavera. Nunca aplica a Jesús el término judío Rabí, sino siempre una palabra griega que quiere decir Maestro. (e) En la genealogía de Jesús no se remonta sólo hasta Abraham, el patriarca del pueblo de Israel, como hace Mateo, sino hasta Adán, el primer hombre y fundador de la raza humana (cp. Mateo 1:2, con Lucas 3:38).

Por todo lo dicho Lucas es el más fácil de leer de los cuatro evangelios. Fue escrito no para los judíos, sino para personas parecidas a nosotros.

EL EVANGELIO DE LA ORACIÓN

El evangelio de Lucas es especialmente el evangelio de la oración. Lucas nos presenta a Jesús orando en todos los momentos decisivos e importantes de su vida: en su bautismo (3:21); antes de su primer enfrentamiento con los fariseos (5:16); antes de escoger a los Doce (6:12); antes de preguntarles a sus discípulos quién creían que era Él, y de anunciarles su muerte por primera vez (9:18); en la Transfiguración (9:29), y en la Cruz (23:46). Lucas es el único que nos dice que Jesús había orado por Pedro cuando fue probado (22:32). Y las parábolas que tratan de la oración —la del Amigo Importuno (11:5-13) y la del Juez Injusto (18:1-8)— sólo se encuentran en Lucas. Para él, la puerta siempre abierta de la oración era una de las más preciosas del mundo.

EL EVANGELIO DE LAS MUJERES

En Palestina, el lugar que ocupaban las mujeres era bajo. En la oración de la mañana, el judío le da gracias a Dios porque no le ha hecho «gentil, o esclavo, o mujer.» Pero Lucas les da a las mujeres un lugar muy especial. La historia de la Navidad se nos cuenta desde el punto de vista de María, mientras que en Mateo es del de José (cp. Mateo 1:18–2:23, con Lucas 1 y 2). Es en Lucas donde leemos acerca de Elisabet (capítulo 1), de Ana (2:36-38), de la viuda de Naín (7:11-17) y de la mujer que ungió los pies de Jesús en la casa del fariseo Simón (7:36-50). Es Lucas el que nos hace vívidos los retratos de Marta y María y de María Magdalena, y el único que nos menciona a Juana, Susana y las otras mujeres que seguían a Jesús (8:2-3).

Es muy probable que Lucas fuera natural de Macedonia, donde las mujeres gozaban de una posición más emancipada que en otros sitios, y es posible que este hecho tenga algo que ver con la actitud de Lucas hacia las mujeres.

EL EVANGELIO DE LA ALABANZA

En Lucas aparece la frase alabar a Dios con más frecuencia que en todo el resto del Nuevo Testamento junto. Esta alabanza alcanza sus cimas más altas en los tres grandes himnos que la Iglesia ha seguido cantando a lo largo de toda su historia: el Magníficat (1:46-55); el Benedictus (1:68-79), y el Nunc Dimittis (2:29-32). Hay una luminosidad en el evangelio de Lucas que es algo maravilloso; como si el brillo del Cielo hubiera tocado las cosas de la Tierra.

EL EVANGELIO UNIVERSAL

Pero la característica más sobresaliente de Lucas es que es el evangelio universal: desaparecen todas las barreras, y Jesucristo es para todo el mundo, sin distinción.

(a) El Reino de los Cielos no se les cierra a los samaritanos (Lucas 9:51-56). Lucas es el único que nos cuenta la parábola del Buen Samaritano (10:30-37). El único leproso agradecido era samaritano (17:11-19). Juan alude a que los judíos no se tratan con los samaritanos (Juan 4:9); pero Lucas se niega a cerrarle la puerta a nadie.

(b) Lucas nos muestra a Jesús hablando con aprecio de los gentiles, a los que un judío habría considerado impuros. Nos presenta a Jesús citando a la viuda de Sarepta y al sirio Naamán como brillantes ejemplos (4:25-27), y alabando al centurión romano por tener más fe que nadie en todo Israel (7:9). Lucas nos conserva aquella gran afirmación de Jesús de que «vendrán del Oriente y del Occidente, del Norte y del Sur, y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios» (13:29).

(c) Lucas tiene un interés prioritario en los pobres. Cuando María trae la ofrenda para su purificación, es la de los pobres (2:24). Cuando Jesús les está presentando, como si dijéramos, sus credenciales a los emisarios de Juan el Bautista, el clímax es: «a los pobres se les anuncia el Evangelio» (7:22). Lucas es el único que nos cuenta la parábola del Rico y Lázaro (16:19-31). En el pasaje de las bienaventuranzas, Lucas no pone, como Mateo (5:3): «Bienaventurados los pobres en espíritu»; sino «Bienaventurados vosotros los pobres» (Lucas 6:20). Algunos han llamado a Lucas «el evangelio de los marginados». Y es verdad que a Lucas se le conmueve el corazón ante cualquiera que se enfrenta con la vida en inferioridad de condiciones.

(d) Por encima de todo Lucas nos presenta a Jesús como el amigo de los marginados y de los pecadores. Lucas es el único que nos habla de la mujer que ungió los pies de Jesús y los lavó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos en casa del fariseo Simón (7:36-50); de Zaqueo, el publicano colaboracionista (19:1-10); del ladrón arrepentido (23:43), y Lucas es el único que nos ha conservado la inmortal parábola del Hijo Pródigo y de su amante padre (15:11-32). Cuando Mateo nos cuenta que Jesús envió a predicar a sus discípulos, nos dice que Jesús les advirtió expresamente que no fueran a los samaritanos ni a los gentiles (Mateo 10:5); pero Lucas omite esa limitación (9:1-6). Los cuatro evangelistas citan el pasaje de Isaías 40 cuando dan el mensaje de Juan el Bautista: «Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas»; pero sólo Lucas sigue la cita hasta su conclusión triunfal: «Y verá toda carne —es decir, todo el género humano— la salvación de Dios» (Isaías 40:3-5; Mateo 3:3; Marcos 1:3; Juan 1:23; Lucas 3:4, 6). Entre todos los evangelistas Lucas es el que no le ve límites al amor de Dios.

EL LIBRO MARAVILLOSO

Al estudiar este libro estaremos atentos para descubrir estas características. De los cuatro evangelistas Lucas es el que más nos hubiera gustado conocer, porque este gentil médico con su tremenda visión de la infinita amplitud del amor de Dios tiene que haber sido una persona estupenda.

Juan Bautista Cabrera nos ha dejado, entre otros muchos, este maravilloso himno:

1 Cual bálsamo que mitiga — tenaz y acerbo dolor,

es para el alma angustiada — saber que Dios es amor.

Venero que proporciona — riquezas de gran valor,

es para el alma salvada — sentir que Dios es amor. Coro.

2 ¡Amor el Dios de los Cielos! — ¡Amor el excelso Rey!

¡Amor su invicta potencia! — ¡Amor su corona y ley!

Palpita, corazón mío, — gozoso por tanto amor;

y eleva con tus latidos — un cántico en su loor. Coro.

3 ¡Amor bendito, que tienes — de los mortales piedad,

y en abundancia deparas — salud a la humanidad!

Por ti desciende a nosotros — el Hijo eterno de Dios,

y vida y paz y consuelo — de Él descienden en pos. Coro.

4 Por ti los cielos sonríen, — la Tierra siente placer…

Lo que otros siglos no vieron, — nosotros podemos ver.

Por ti la suprema dicha, — en existencia eternal

de angustias exenta, el hombre — gozar espera inmortal. Coro.

Coro.- Bendice a Dios, alma mía, — abraza a tu Salvador;

adórale y testifica - que es infinito su amor.

El Evangelio según San Lucas nos presenta en toda su belleza la historia completa de este amor de Dios.