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INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1

DESNUTRICIÓN
FINANCIERA

¿Por qué es tan difícil para algunos producir riqueza y para otros parece tan fácil? ¿Por qué muchos pasan su tiempo persiguiendo el dinero de una manera afanosa, gastando energías y sin disfrutar la vida, mientras otros prefieren esperar calmadamente un golpe de suerte? ¿Qué pasa si quiero ganar más, pero no sé cómo? ¿O por qué me endeudo y me programo para REALIZAR los pagos, pero no consigo liquidar la deuda? Si el dinero afecta todo lo que nos rodea, lo más lógico sería pensar en educarnos en este tema. Si nadie te explicó cómo relacionarte con el dinero, aquí encontrarás la guía que estabas buscando, sin importar tu condición actual. Puedes generar un cambio sustancial en tu vida desarrollando los nutrientes financieros correctos. La ayuda que necesitabas ahora está en tus manos. Así que ponte cómodo y disfruta el viaje.

Todos podemos
conseguir
grandes victorias

En gran medida, la vida implica aprender a vivir ligeros, pero entendiendo los principios fundamentales de la abundancia. De este modo lograremos acceder al banquete económico del mundo sin miedos, desesperación, ni avaricia desmedida. Por ende, tenemos que conocer cómo funciona el dinero en nuestro sistema. Desgraciadamente, esto no se enseña en las escuelas, tampoco se habla de la inteligencia emocional y, mucho menos, de educación financiera. Así que vamos a detenernos un momento en este punto.

¿En qué consiste la educación financiera?

Muchos suelen decir: “Cuando tenga tal cosa material, seré esto”; “Cuando alcance tal puesto en mi empresa, seré una mejor persona”; “Cuando salde esa deuda, seré feliz”. Grave error. No esperes tener para llegar a ser. Si lo hacemos, dejamos de mirar a la persona que somos en el presente y posponemos sueños y ambiciones, con lo cual equivocamos el camino. En todos nosotros existe una tendencia a buscar gratificaciones inmediatas. Por supuesto, nadie quiere gastar tiempo y esfuerzo sin conseguir algo a cambio en el menor tiempo posible. A primera vista, esto no tendría nada de malo. El problema radica en que estas recompensas rápidas nos impiden ir en busca de algo mejor.

Para combatir las gratificaciones inmediatas debemos comenzar por tener un propósito muy firme, aferrarnos a nuestros ideales con gran convicción y forjar un fuerte compromiso con una mentalidad millonaria las 24 horas. Lo más importante es ser capaz de administrar lo que tienes para que el universo te dé más. Ahí está la clave.

NO ESPERES TENER
PARA LLEGAR A SER.

¿Te estresa saber que nunca te alcanza el dinero para llegar a fin de mes y te la pasas quejándote de la escasez? Conozco esa sensación. La tuve mil veces. Pero el mayor problema es este: al quejarnos de nuestra realidad, tenemos y transmitimos pensamientos de escasez a los demás y violentamos nuestro interior. Es decir, solo perpetuamos esta condición. Y una persona que no está tranquila, que vive quejándose de lo que no tiene, en definitiva, no puede pensar bien, y menos ocuparse de descubrir para qué vino a este mundo. Por eso es tan importante entender que la calidad de los pensamientos determina gran parte del éxito en la vida de los seres humanos. De ahí que sea fundamental nutrir tu mente y desarrollar buenos hábitos para llegar a donde quieres. Pensar no mata, al contrario, te da vida y te despierta. Cuando le das a la mente los nutrientes correctos, obtienes pensamientos de calidad para avanzar.


TODOS TENEMOS
LAS MISMAS OPORTUNIDADES.
SOLO NECESITAMOS NUTRIRNOS
FINANCIERAMENTE.

Desarrolla
tus capacidades naturales

El dinero no determina quién eres, sino cómo ayudas a los demás con tus capacidades naturales. Aunque vivimos en tiempos de cambio que provocan incertidumbre, no hay que dejar que esto mate nuestros sueños, ni que la motivación desaparezca, ni que las ganas de vivir terminen consumidas por uno de los principales males de este siglo: la desnutrición financiera.

Estamos adquiriendo deudas graves, tenemos malos hábitos financieros, somos desorganizados en las actividades que desempeñamos, estamos en trabajos aburridos, hacemos compras compulsivas y hasta padecemos desórdenes emocionales a causa del dinero. Te explico por qué: gastar dinero nos brinda tanta satisfacción que nos damos permiso para gastar más de lo que ganamos. Pero esto nos puede llevar a una gran crisis económica de la que tal vez nunca podremos salir. ¿Y, entonces, por qué nos pasa? Simplemente porque no estamos nutridos financieramente. Es decir, no tenemos educación financiera y, además, no estamos usando nuestras capacidades naturales para generar riqueza en nuestras vidas. Vamos por el primer trabajo que encontramos porque el sistema nos orilla a eso, cuando, más bien, deberíamos ser conscientes de nuestros dones naturales. Muchas personas subestiman los dones que poseen y terminan sintiéndose frustrados y enojados todo el tiempo. Pero déjame decirte una cosa: absolutamente todos somos buenos en algo. Aunque, hay que decirlo, no basta con conocer y monetizar esas capacidades naturales que tenemos, pues es necesario nutrirlas y trabajar en ellas todos los días.

Te doy un ejemplo: una estrella de fútbol tiene que entrenar y perfeccionarse a diario para poder explotar su talento y trabajar en equipo al momento de estar en la cancha, para ganar el partido. En otras palabras, no es suficiente solo conocer tus capacidades naturales para llegar al éxito, sino que hay que tener la motivación correcta, además de disciplina y constancia. Veamos el caso del futbolista argentino Lionel Messi. Él entrena todos los días, a pesar de hacer magia con el balón y de ganar millones de dólares. Esto significa que potencia sus capacidades para explotarlas al máximo.

El dinero no determina quién eres, sino cómo ayudas a los demás con las capacidades naturales que ya posees.

Si consideras lo anterior, te darás cuenta de que es necesario que exista un cambio profundo en tu interior, a fin de que transformes tu contexto y cambies tu chip mental por uno que nutra tu propósito de vida. Además, es preciso que te acerques a las personas correctas y evites estar con personas nocivas que te roban la energía y te transmiten mensajes negativos que no te aportan nada. Para ser una persona abundante es fundamental que la misma abundancia habite en tu mente y en tu corazón. Nadie puede llegar a ser próspero con una mentalidad de escasez.


Si le das a tu mente
los nutrientes correctos,
caminarás por los senderos del
éxito y de la paz interior.

Una vida próspera

Se ha hablado mucho del exboxeador estadounidense Mike Tyson, quien a pesar de haber ganado millones de dólares durante su carrera, hoy prácticamente está en bancarrota. Su caso nos recuerda que tener dinero no te garantiza que lo vayas a conservar toda tu vida. Y aquí es cuando nos damos cuenta de que el problema no es la falta de dinero, sino la ausencia de una educación financiera.

Para ser una persona abundante es fundamental que la misma abundancia habite en tu mente y en tu corazón.

La verdadera prosperidad consiste en saber generar, acrecentar, proteger y compartir la riqueza. Tener una vida próspera implica alimentar nuestra mente con los nutrientes correctos, tal como haces con los alimentos que te llevas a la boca todos los días para obtener energía y desempeñarte en tus distintas actividades.

Lo que hacen los verdaderos ricos diariamente es tener hábitos sanos, que incluyen nutrir su mente, su cuerpo y su espíritu, encontrar la fe en ellos mismos, alejarse de las personas negativas, alimentarse de manera sana y ejercitarse. Meditar, leer biografías de personas exitosas, asistir a seminarios y perfeccionar el arte de la buena administración. En definitiva, lo que promueven es convencer a su mente de que los límites no existen, ya que esto les da las bases necesarias para generar riqueza continua en su vida. A eso hay que sumarle la capacidad natural que hay en ti, es decir, aquello en lo que eres realmente bueno, y que es el ingrediente principal que fortalece tu grandeza como ser humano. No llegamos desprotegidos a este mundo. Todos tenemos una chispa interior y una habilidad natural que se reconoce cuando algo nos ilusiona, que hace que cada momento sea único y nos mueve a levantarnos de la cama con entusiasmo. Es un impulso, una energía que te invita a tener una actividad armoniosa que te produzca bienestar. Por ejemplo, mi chispa interior me invita a escribir todos los días y esto hace que mis días tengan un sentido muy especial.

Ahora hablemos de la prosperidad...

¿En qué consiste?

Las personas desnutridas financieramente y con mentalidad de escasez suelen generar muy poca riqueza, y si logran generarla, lo hacen desde la desesperación. Algunos incluso llegan a robar y estafar, porque no saben cómo tener prosperidad en su vida y creen que la única salida es dañar a sus semejantes.

TODOS TENEMOS UNA CHISPA INTERIOR Y UNA HABILIDAD NATURAL.

En este punto quiero invitarte a que te nutras de aquello que genere valor para ti. Por ejemplo, piensa en qué tipo de vida te gustaría vivir. Toma una servilleta y escribe en ella cuáles son tus fortalezas para lograrlo. Después, imagina y determina la ruta que te acercará más y el mejor modo de conseguirlo. Con esto no me refiero solamente al tema financiero; puede ser cualquier área que fortalezca tu desarrollo personal, es decir, aquello que te haga feliz. Algunas personas invierten en unas buenas llantas para sus autos, pero no en su propio desarrollo, por lo cual no mejora su crecimiento. Pagarte el mejor seminario de liderazgo o quizás asistir a una conferencia del mejor gurú en administración deben ser una inversión primordial. Siempre tienes que hacer todo lo que esté en tus manos, y más, para convertirte en la mejor versión de ti mismo. Así serás una persona de excelencia. Así obtendrás una mentalidad millonaria.


Quien tiene orden en su corazón,
genera prosperidad en su exterior.

Una historia
para contar

Hace algún tiempo acudí con mi hijo al supermercado. Y como es costumbre en un niño de su edad, me pidió ir a la sección de juguetes. De pronto, me dijo: “Papi, no es caro este juguete, ¿lo podemos comprar?”. Y así fue como indagué en su pregunta: “¿Pero por qué siempre te preocupa si es costoso algo que te gusta?”. Su respuesta fue contundente, como siempre: “Es que escucho a las personas decir: ‘No, eso no lo podemos comprar porque es muy costoso, hoy no’. Pareciera que todos los adultos siempre dicen lo mismo”. En ese momento me quedé sin palabras y me di cuenta de que a las generaciones venideras les estamos creando falsos paradigmas.

Le dije: “Claro que puedes tenerlo, pero tienes que ahorrar y cumplir tus obligaciones. Cada moneda que te doy para el colegio puede convertirse en un amigo que te ayudará a adquirir ese juguete que te gusta. Así que quiero que cada vez que te guste algo, luches por ello e imagines tu alcancía llena de monedas. Una vez llena, podrás venir conmigo a comprar ese juguete que tanto te gusta. Pero tienes que tener en cuenta que debes ser responsable y hacer tus tareas, cumplir con tus obligaciones en casa y portarte bien”.

Su rostro cambió, porque ya sabía que existía una posibilidad de tener todos los juguetes que le gustaran. En el fondo, ¿qué es lo que buscaba generar en mi hijo? Quería sembrar la idea que desde pequeño luche por lo que quiere, que tenga una mentalidad de abundancia y sea responsable con sus obligaciones. Así creará hábitos sanos porque sabrá que ahorrar cada moneda le costará y tendrá que ser constante para llenar su alcancía. Se tendrá que esforzar por conseguir lo que quiere y sabrá que no todo se obtiene fácilmente, pero al mismo tiempo tomará conciencia de que puede obtener lo que desee.

La intención final era que sintiera una pequeña frustración motivadora para evitar las gratificaciones inmediatas. Con educación financiera, cualquier persona puede cumplir sus metas y ambicionar lo que quiera, porque tiene las herramientas y los nutrientes que se necesitan.