Copyright © 2019 Kris Buendia.

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

1ra Edición, Febrero, 2019.

Ivanović

LIBRO 1 y 2

Diseño y Portada: EDICIONES K.

Maquetación y Corrección: EDICIONES K.

Image

 

IVANOVIĆ

Image

 

LA MISIÓN

 

 

KRIS BUENDIA

https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/736x/62/3f/05/623f057783ff898cba1988f65b8fc682.jpg

 

https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/736x/62/3f/05/623f057783ff898cba1988f65b8fc682.jpg

 

Soy Aleksei Ivanović Sade, tengo 34 años, nací en Rusia y soy abogado, analista, empresario filántropo, billonario y muy calculador. Mi cabeza ha tenido muchos precios, pero ninguno que yo no pueda pagar antes de que alguien se atreva siquiera a respirar en mi nuca. Controlo todo lo que tengo incluyendo a las mujeres.

¿La mafia?

Es donde crecí, he visto más sangre que cualquier matadero clandestino, tengo mi conciencia tranquila de que mi generación nunca tuvo nada que ver con los negocios de mi maldito padre y el sanguinario de mi hermano.

La mafia rusa, la mafia italiana y alemana encierran un círculo ridículamente caro, pero yo soy mejor que ellos, mis negocios son limpios, mi dinero también, aunque no pueda decir lo mismo de mi alma.

¿Las máscaras?

Solo tengo una: El Playboy de la mafia.

La llaman La Profesional.

Ella quiere capturarme.

Ella está buscando lo que no se le ha perdido.

Ella no me conoce, pero yo a ella sí, y antes de que la CIA trace su plan, yo tengo otro perfecto. Caerá, yo sé que caerá… Si es que no caigo yo primero.

 

 

Mi jodido tormento

Capítulo 1

 

Aleksei

 

No debí meterme en esta mierda. ¿En qué demonios estaba pensando? Era la única forma de acabar con toda esta mierda. Pero primero, debo ver a mi jodido doctor. Es una mierda de rutina o algo así, yo qué sé, sé que moriré pronto. Mi maldita enfermedad acabará conmigo si sigo con esta vida de alcohol, mujeres, dinero y tras la mafia que quiere joderme todo el tiempo.

―¿Aleksei? ―Me llama Muller, mi jodido doctor―¿Vas a entrar o prefieres que te saque sangre aquí mismo en el pasillo?

Lo veo mal ¿Se atreve a bromear con esta mierda?

―¿Por qué no? Estoy seguro que te pago mejor que todos los que vienen aquí. ¿Lo has considerado?

Muller asiente.

―Sí, y es por eso que te digo que entres, hombre.

Rio para mis adentros y decido entrar a su consultorio.       No permito que ninguna de las enfermeras me toque, así que Muller trae sus mierdas de doctor y comienza a examinar mi sangre. Ha insistido en que lo haga yo mismo, pero para eso está Eloise. Ella es la que se encarga de corroborar que mi jodida sangre esté bien.

Diabetes.

Tengo tres años con esta mierda y no entiendo por qué hacen tanto escándalo, me siento perfectamente bien.

Espero a que los números disparen y como lo sospeché hoy es uno de esos días donde tengo que escuchar la mierda de mi doctor.

Estás abusando Aleksei…

―Estás abusando, Aleksei―Adivino y ruedo los ojos para escuchar lo siguiente: ―Debes controlar tu vida si quieres controlar tu enfermedad, no es un juego…

―Lo sé, lo sé.

―¿Qué excusa tienes ahora?

―Ninguna, es la mierda que me ha tocado. No soy como tú que identificas el mal y lo curas, yo enfrento el mal y mi cura todavía no la he encontrado.

Y no estoy hablando de la cura para mi enfermedad. Sé que si cuido mejor de mí, viviré cien años, pero ni siquiera es una opción. Estoy hablando de la cura de mi alma, algo porqué querer respirar. Creo que hay algo más en mí que mi maldita enfermedad para estar pensando de esta manera. Nunca he necesitado de nadie, más bien, hay muchos que necesitan de mí.

―Te voy a dar medicamentos más fuertes y llamaré a Eloise, le diré que nada de pastel de chocolate para ti.

―¿Cómo lo sabes? Puede ser que haya tomado mucho anoche.

―Te conozco lo suficiente, has venido aquí ebrio y nunca traes la presión tan alta. Debes relajarte, Aleksei, última advertencia.

Cierro los ojos y echo mi cabeza hacia atrás cuando veo la aguja que introduce en la vena de mi brazo.

 

Al salir, veo a Erwan esperando por mí fuera del consultorio con una paleta en la boca. Me le quedo mirando y cuando la saca de su boca se la quito de las manos y la lanzo al cesto de basura que hay cerca.

―Me lo agradecerás luego.

 

 

 

 

 

Una semana después

 

Despierto empapado de sudor, la jodida lámpara está apagada.

―Qué mierda…

Me levanto rápidamente, y enciendo la luz. Tienes que estar bromeando. Tengo el dinero suficiente para comprar cuantas malditas lámparas quiera y la que está al lado de mi cama ya no funciona.

Los demandaré.

Veo el reloj, son las cuatro de la mañana, tendría que despertarme dentro de una hora. No está mal. Más allá de mi lejana pesadilla, tengo otra cosa en mente.

El agente Croft. El jodido August Croft.

Sé que me ha estado siguiendo, pero no he hecho nada al respecto. Lo investigué lo suficiente para darme cuenta que es un jodido agente de la CIA y no cualquiera. El jefe. ¿Qué mierdas ha estado haciendo todo este tiempo siguiéndome?

¿Alguien lo mandó?

No lo sé, pero voy a averiguarlo. Si vuelvo a ver uno de sus autos fuera de Legal Ivanović lo enfrentaré.

 

Mi desayuno está listo como de costumbre. Pero no tengo apetito. Necesito saber qué es lo que quiere el agente Croft y por qué ha estado siguiéndome, según él, sin darme yo cuenta.

―Buenos días, Aleksei.

―Buenos días, Eloise―Le dedico una breve mirada, esa que ella entiende como una sonrisa.

Tomo mi taza de café y amenazo con escupirla tras el primer sorbo.

―¿Pero qué carajos….

Eloise pone un panecillo, no espera…

―¿Qué mierda es eso? ―Le pregunto

―Lenguaje, Aleksei. ―Me reprende―Esto es un café sin azúcar y ése es un panecillo de chocolate, también sin azúcar.

Muller la ha llamado.

―Tu doctor me llamó.

 

 

 

¿En qué mierda estaba pensando?

Capítulo 2

 

August Croft ha estado pisando mis talones por más de dos semanas. ¿Cree que no me he dado cuenta? Lo sorprenderá saber todo lo que he investigado sobre él, sobre su familia, y más sobre su hija, la cual trabaja con él.

¿Es en serio? Debes estar jodidamente hablando en serio para que tu hija trabaje contigo. La CIA es una mierda peligrosa y él se la ha dado en la boca del lobo.

—Está todo listo—Responde Erwan.

Asiento con la cabeza al estar conforme con el nuevo plan. Hoy voy a averiguar qué demonios quiere Croft conmigo, o mejor, la maldita CIA. Es por eso que estoy en el auto, no en el mismo de siempre, el que él sigue todos los días hasta Legal Ivanović, sino en otro.

Detrás de él.

Ahora los papeles se han invertido, estoy siguiéndolo y se ha dado cuenta de ello, por lo que retrocede y gira su camioneta a toda velocidad, lo que no sabe, es que otro de mis hombres le cortarán el paso. Tomando una calle poco transitada, se da por vencido, mientras yo estoy completamente relajado, es lo que mi doctor me pidió.

Relajación total, pero esto… esto no tiene nombre.

El auto de August es el primero en detenerse y luego el mío a poca distancia.

—¿Llevas tu arma? —Le pregunto a Erwan.

—Sí, por seguridad.

Me rio.

—Bien, porque vas a necesitarla y más por tu seguridad que por cualquier cosa, Erwan.

Sí, August Croft lo que no tiene de inteligente, lo tiene de hábil, y es que si no se esperaba que yo lo sorprendiera de esta manera, él si puede hacerlo, pidiendo refuerzos. Pero, ¿A cambio de qué? No tengo nada que les pueda interesar más que mi pasado y de dónde vengo.

Soy el primero en bajar de la camioneta. Me abrocho el botón de mi chaqueta y camino a paso sigiloso, Croft, que sé que me está viendo, sabe que vengo en paz, por lo que baja también del auto.

Me le quedo mirando y no doy un paso más cuando tengo la distancia perfecta para escucharle, porque más que hablarle quiero escuchar qué mierda está pasando ahora.

—Aleksei Ivanović—Pronuncia mi nombre. Esperé que el hombre se encontrara asustado por haberlo descubierto pero es todo lo contrario.

—Qué bueno que sabe mi nombre—Mascullo.

—Todos saben quién es usted, señor Ivanović.

Camino dos pasos más hacia adelante, puedo sentir que Erwan me sigue y dos hombres bajan de la camioneta de Croft.

—Yo también sé su nombre—Lo miro directamente a los ojos—August Croft, agente de la CIA. Lo que no sé es ¿Qué carajos hace siguiéndome?

Apenas hace una mueca en desaprobación por lo que acabo de decirle.

—Lenguaje, señor Ivanović—Ve a los otros hombres y ellos parecen entender, así que regresan a la camioneta—Sabía que era cuestión de tiempo que se diera cuenta que he estado siguiéndolo. Debo admitir que me ha sorprendido lo rápido que fue. Y por favor, todo tiene una explicación, una muy buena y creo que podrá interesarle.

Casi regreso a mi camioneta. ¿De verdad espera que crea esa mierda?

—No hay nada que me pueda interesar de usted o para quién trabaja.

August Croft ve a su alrededor como si quisiera demostrar algo.

—Estoy solo, no veo a nadie más conmigo, en cambio—Señala a Erwan con la mirada—Dile a tu amigo que no saque su arma, sería un mal innecesario.

Por más que quiera desconfiar, algo me dice que es verdad. No hay peligro aquí, pero no me fío.

—Mi amigo no hará nada de eso, está aquí por una razón. Así que habla, porque no me gusta que pisen los talones, y mucho menos que anden olfateando algo que no se les ha perdido.

Siento que estoy perdiendo mi tiempo aquí con él. Pero escucharé hasta donde mi paciencia me lleve con este hombre. Ya suficiente enemigos tengo, como para tener a alguien más, y mucho menos la maldita CIA.

No soy un mafioso de mierda como mi padre.

—Tus enemigos me trajeron contigo—Comienza a decir—Eres un hombre buscado, aunque no lo creas, están bajo las piedras. No soy yo quien ha estado olfateándote.

Veo a mí alrededor. El calor es insoportable. Si vamos a tener esta conversación, será mejor que sea dentro de mi camioneta. Me siento más seguro ahí.

—Si quiere seguir hablando conmigo, será mejor que sea en mi camioneta, Croft. ¿Le apetece una copa?

Parece sorprendido.

Así que soy el primero en girar y caminar hasta mi camioneta, tarda un poco, pero escucho los pasos de él detrás de mí. Erwan abre la puerta y soy el primero en entrar, luego Croft y las puertas se cierran.

Algo dentro de mí, me hace confiar en este hombre. No sé por qué, rara vez me pasa, o más bien nunca. No suelo confiar en nadie, y mucho menos en mis negocios o alguien que me ha estado siguiendo. No es de extrañarse, soy dueño de la mitad de esta ciudad por no decir del mundo.

Y eso, no se lo debo a mi padre.

La puerta de la camioneta hace un ruido que deja un incómodo eco en mis oídos cuando Croft entra. Se sienta frente a mí, su mirada no es de odio, tampoco curiosidad, más bien, es como si me necesitara y me pregunto si solo son ideas mías, porque ni en un millón de vidas imagino que este hombre pueda necesitar algo de mí.

—Ya estamos solos, Croft. Que sepa que no invito a nadie a mi camioneta al menos que tenga algo bueno que decir, mi tiempo es dinero.

—Y lo tienes—Concluye—Sé perfectamente que no tengo mucho tiempo y no estoy hablando del tiempo que hablaré hoy contigo. Pero hay algo que necesito de ti.

—Entonces no estaba equivocado. No todos los días un agente federal de la CIA necesita algo de mí, pensé que era alguna clase de blanco.

Croft se mantiene sereno.

—No es la CIA, más bien yo. Como agente federal, necesito de alguien como tú.

—¿Alguien como yo? No estoy entendiendo nada. Nos harías un favor a ambos si va al grano y me dice qué es lo realmente quiere…

—Quiero que trabajes conmigo.

—Trabajar —No fue una pregunta, porque no hay una respuesta si fuese lo contrario.

—Que colabores conmigo. Sé que hay muchos hombres detrás de ti, que tu cabeza tiene un precio.

Me alegra saber que lo sepa, o debería enfadarme porque su organización no ha hecho ni una maldita cosa para evitarlo y que me dejen en paz.

—¿Puede decirme el precio? Estoy seguro que puedo pagarlo mil veces más que cualquiera que quiera joderme, Croft. Incluyéndole. ¿Qué me hace confiar en usted?

Su mirada es como si me reprendiera de nuevo por mi lenguaje. No voy a darle tregua, él ha venido a mí no yo a él, por lo tanto puedo hablar como se me dé la gana.

—No soy yo quien está detrás de ti. Son otros, tus enemigos, el legado de tu…

—Ni se le ocurra mencionarlo—Lo interrumpo con espina.

—De acuerdo—Se toca la cabeza con las manos en forma de desesperación—El trato es el siguiente: Quiero que me ayudes a atrapar a los que pusieron precio a tu cabeza. Mi objetivo son ellos, tu objetivo será que los quite de tu camino. Si dices ser el hombre que eres, no tienes nada que temer. Estás limpio, míralo como la redención que nunca hizo tu familia.

Mientras lo escucho, me sirvo una copa de champán. Ofreciéndole una, me sorprende que la tome. Se le ve confiado. O preocupado. No puede venir a soltarme algo como eso, esperando que yo lo acepte como si nada. Sé cuidarme muy bien.

—¿Qué clase de organización necesita a alguien como yo para hacer su jodido trabajo? ¿Acaso está tomándome por idiota, Croft? Nada me asegura que sea una trampa y el verdadero blanco sea yo. —Le dedico una mirada de desprecio—¿Dime Croft, acaso soy yo tu jodida misión?

Croft lentamente deja su copa sobre el reposa vasos y me mira fijamente.

—Sabía que era un error, pero quería demostrarme a mí mismo que estaba equivocado. Veo que fallé. No confías lo suficiente…

—¿Cree que soy el líder de la mafia rusa? —Hago la pregunta directamente—¿No es a eso a lo que ha venido, agente Croft? Cree que soy el playboy de la mafia, un sanguinario que mata a sangre fría, como lo hacía mi padre y mi hermano.

Hay un breve silencio.

—No lo creo, Ivanović. Pero alguien dentro de la CIA te tiene en la mira, y no soy yo. No es la CIA quien me ha mandado, he venido solo, porque no confío en nadie ahí dentro… mi hija…

Hace una breve pausa. ¿Qué tiene que ver su hija en esto?

—¿Su hija qué? —Me intriga.

Él niega con la cabeza primero antes de hablar.

—Quiero sacar a mi hija de la CIA, para eso tengo que entregar un par de cabezas… si decides ayudarme. Si consigo llegar al fondo de esto, entregando a tus enemigos, limpiando tu apellido, entonces me dejarán en paz, y a mi hija.

Por más que intento, no lo consigo, no logro entender la gravedad ni el punto de todo esto.

—Explíquese mejor, Croft. O déjeme explicarlo por usted. Quiere que sea su anzuelo para atrapar a los verdaderos malos de la historia, para que usted y su hija estén a salvo ¿Es así?

—Si logro hacer esto, mantendré a mi hija Elaine fuera de peligro.

—Es el maldito jefe, solo tiene que despedirla.

—Los blancos más fáciles son tus enemigos, con tu ayuda podemos atraparlos. Si me deshago de ellos Elaine se encargará de otra cosa, la trampa será para mí y no para ella.

Elaine,

Elaine,

Elaine.

—¿Por qué tengo un mal presentimiento sobre esto, Croft?

Otro breve silencio, no me gusta nada su mirada. Ahora tiene sentido. Quiere encontrar la manzana podrida de su organización mientras protege a su hija, y de la forma más rápida que puede hacerlo es con mi ayuda. Hay muchos criminales que quieren mi cabeza, si se las ofrezco, en una misión encubierto, Croft los atrapa, los entrega a la CIA. Y si algo sale mal, es porque sus conclusiones eran ciertas… el enemigo estará cerca.

—Porque si fallo, entonces la misión de mi hija serás tú.

 

Él tenía razón

Capítulo 3

 

El agente Croft ha dado la señal de que algo no anda bien con la misión. El trato con uno de los rusos más grandes será el cierre del capítulo, es uno de los que quiere mi cabeza, ya han caído dos, pero solamente falta él.

¿En qué mierda estaba pensando? Esto se está saliendo de control, algo no anda bien, los dos primeros resultaron ser fáciles. Pero ahora no estoy tan seguro.

—Ivanović—Llama el agente Croft—Mantén los pies en la tierra, algo no anda bien, pero asegúrate de salir de aquí si hay algún movimiento extraño.

—No voy a dejarlo aquí, agente Croft.

Ahora lo llamo así desde que se ganó mi respeto. Siento que le debo la vida a este hombre. ¿Quién iba a decirlo? En dos ocasiones quisieron matarme, todo por la jodida misión encubierto.

—No seas insolente, Ivanović—me reprende—Me recuerdas a mi hija, siempre hace todo lo contrario.

Rio por lo bajo, siempre la menciona. Siempre siento algo extraño cuando la menciona, es como si mi alma pidiese también conocerla y descubrir lo especial que dice que es.

Estamos en Rusia y los buques han estado por más de tres horas esperando para capturar a uno de los señuelos que envió Sergei Nabókov, sabíamos que no se presentaría él, sino uno de los suyos, pero por medio de su señuelo podemos llegar hasta él.

Croft no ha dado señal alguna, pero algo no anda bien.

Se están tardando demasiado. Cuando estoy por decirle a Croft que es mejor que abortemos la misión. Una ola de balas explota dentro del edificio abandonado.

—¡Sal de aquí!—Me grita el agente Croft—¡Es una trampa!

—¡Y una mierda que lo dejaré aquí!—Ambos llevamos chalecos y estamos escondidos en el quinto piso del edificio, tenemos una buena vista y varios de sus hombres han sido derribados por la ola de balas.

—Sal de aquí ahora mismo, Aleksei—Me ordena furioso, nunca me ha llamado por mi nombre antes y eso solamente significa una cosa. Está asustado.

—Si vamos a salir de aquí, lo haremos los dos—Insisto, no voy a dejarlo aquí, estamos en esto juntos, prácticamente le debo mi vida a este hombre.

—De acuerdo—Dice al fin.—A mi señal.

Preparo mi arma y Erwan viene detrás de nosotros cuidando nuestra espalda. Croft da su señal y ambos salimos corriendo contra la pared sin ser vistos por los hombres encapuchados.

Pero cuando estamos cerca del primer piso, una bomba explota haciendo que los últimos cinco pisos caigan sobre nosotros.

Me he dislocado el hombro y mi pierna está rota. Toso y aclaro mi garganta para ver al agente Croft que yace en el piso y una gran pared de concreto y vigas están sobre él.

—¡Erwan!—Lo llamo a lo lejos y veo su silueta que viene tosiendo y limpiando la sangre de su frente. —¡Ayúdame a sacarlo de ahí!

Apenas puedo escuchar mi voz después de la explosión, estoy demasiado débil para moverme yo solo e intentar ayudar a Croft.

Me acerco arrastrándome hacia él y abre los ojos.

—Voy a sacarlo de aquí.

—Ni se te ocurra, Ivanović—dice con mucha dificultad—Vete y prométeme que vas a ponerle fin a esto.

—Vamos a salir de aquí, ¡Joder!—Le grito intentando quitar las vigas sobre él—No voy a dejarlo aquí de ninguna manera.

—¡Vete! —Ordena furioso—¡Vete no voy a permitir que muramos los dos aquí dentro!

Veo que saca su móvil—¿Qué hace?

—Un mensaje a mi unidad—Explica y ve a Erwan—Váyanse de aquí.

De nuevo otra explosión a lo lejos y la adrenalina hacen que mi visión se torne nublosa.

—Te dije que tomaras tu medicación, Ivanović—Me reprende al ver que estoy por desmayarme por la falta de insulina.

Debí hacerle caso, pero cuando a última hora recibimos el cambio de coordenada del punto de entrega. Volé lo más rápido hasta Rusia en mi Jet para reunirnos con los hombres de Nabókov.

—Estoy bien—Le digo tocando mi pierna, ese es el verdadero motivo de que me sienta inútil, no por mi maldita enfermedad.

Otra oleada de balas llega y un disparo va a dar directamente a mi espalda, pero mi chaleco de protección se burla ante ellos. Aun así caigo al suelo y Erwan también.

—¡Váyanse de aquí!—Ordena de nuevo Croft.

Erwan dispara hacia uno de los contrincantes y cuando el lugar está despejado, me levanta del suelo y pone mi brazo sobre su hombro para ayudarme a caminar. En cuanto veo la luz del día y varios agentes protegiéndonos la espalda, una última bomba explota y lo que antes era un edificio, ahora solo es una montaña de escombros. Caigo al suelo y el cielo es lo último que veo.

Elaine Croft me grita mi subconsciente.

No debo olvidar ese nombre.

 

 

Sueño con eso desde entonces. No había soñado con la muerte de mi padre, con el maldito de mi hermano. Pero ahora sueño con ellos, con él. Con August Croft y con su hija, la que espero no conocer, la que espero que no sea yo su misión ahora que su padre está muerto.

 Todo lo que he estado planeando durante este tiempo. Cuando pensé que sería un hombre libre, sin tener que esconderme, sin tener que defender mi maldito legado, aquel que no pedí.

Me ha costado mi salud.

Me ha costado dinero.

Y ahora una vida inocente.

Ahora necesito un plan y comenzaré de cero. Todo es cuestión de tiempo para que mi nombre llegue a su escritorio. Puede ser hoy, puede ser dentro de un par de años. Cuando eso pase, estaré preparado.

Es por eso que me he reunido con los únicos hombres que confío a ojos cerrados.

Viktor Vladislav, mi jodido abogado.

Luther, mi mejor amigo.

Y Erwan.

—¿Cómo estás? —Viktor es el primero en preguntar.

—Se siente como si perdí a alguien importante en mi vida. Es una mierda, pero ese hombre no merecía morir y su muerte me pesará siempre.

—No es tu culpa, Aleksei—Dice Luther—El agente sabía lo que hacía. ¿Te dijo de quién sospechaba?

—No. Pero estoy seguro de quién puede ser el que esté detrás de su muerte. Es un hombre que ha servido para la CIA por más de veinte años. Ha tenido misiones más peligrosas que las que hizo conmigo y su muerte fue una trampa. Él mismo lo dijo, había una bomba en el lugar, además de la emboscada.

Tanto ellos como yo saben que digo la verdad.

—No vayas a obsesionarte con esa mierda ahora.

Veo a Luther con mala cara. ¿Obsesionarme?

—También quisieron matarme ¿Acaso se te olvida?

—No, pero entonces ¿Cuál es el plan?

Lo pienso y lo vuelvo a pensar. Y me doy cuenta que no tengo que darle tantas vueltas al asunto.

Vendrán por mí.

—Tengo que hacerles creer que sus sospechas son ciertas.

—¿A qué te refieres?

Erwan sabe a lo que me refiero, pero no dice nada. Supongo que él estará más involucrado al final tanto como yo.

—Tengo un plan. Será cuestión de tiempo.

Viktor niega con la cabeza.

—Tengo un mal presentimiento, Aleksei. Por más que sospeche la ley de todo el mundo de ti. Saben que estás limpio. Lo único sucio es tu apellido y quien te lo dio.

—Lo sé. Pero ahora que el agente Croft está muerto. Alguien tomará su lugar, y no será su hija. Lo sé, perfectamente. Él la quería fuera de la CIA. Y quien tome su lugar será el enemigo. Le dará mi nombre, creará un plan de encubierto, uno muy cliché.

—¿Y nosotros qué papel tenemos aquí? —Pregunta Luther.

—Ninguno, ustedes seguirán actuando normal. Viktor tendrá un papel importante si las cosas toman otro giro, mientras tanto—Veo a Luther—August Croft tiene otra hija.

Se ríe por lo bajo, reconociendo su nueva tarea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mi tormento

 

Capítulo 4

CUATRO AÑOS DESPUÉS

 

Ella gime una vez, lamiendo mi verga de arriba abajo, mientras mis dedos están clavados en su sexo. Tan fuerte como le gusta. Ojalá pudiera parar, pero no puedo. Me sorprendió que apareciera en mi oficina esta noche.

Charlotte Cyril.

—Joder, Aleksei. Tendré que llevarte conmigo a España, eres demasiado bueno ¡Joder!

Una española muy caliente. Tan caliente que me quema demasiado al tanto de querer volverla a ver.

—Me vuelves loco, maldita sea.

Y así terminó mi noche. Con Cyril entregándome su orgasmo. Mientras yo, no dejaba de pensar en mi tormento.

Mientras estoy otro día más en la oficina, la concentración no llega a mí. Cada día son miles y miles de amenazas de muerte, trampas que esperan mis enemigos que caigan, y al final los que caen son ellos.

¿Cómo se multiplica mi dinero? Muy sencillo. Muchos hombres que quieren ser como yo y que tienen mucho dinero, quieren limpiarlo. ¿Cómo lo hacen? Como alguien como yo, con un imperio que comienza desde consultorios jurídicos, hasta ser dueño de todo los que les rodea. Me aseguran que su dinero está limpio, firmando así un documento importante que, en caso de ser contrario, todos esos bienes que quieren limpiar, serán míos.

Lo que no saben, es que yo ya los he investigado antes y sé que es dinero sucio. Cuando piensan que son mis nuevos socios, la ola de la verdad los atrapa y no tienen más remedio que levantar su culo y no regresar jamás, quedándome con lo que quisieron engañarme.

Tan fácil como quitarle un dulce a un niño.

No es un negocio, no lo hago por diversión, pero cuando alguien quiere joderme, se joden más ellos primero. No necesito de su dinero sucio. Tengo millones de millones para vivir, negocios limpios, socios intachables y una carrera perfecta en el mundo del derecho internacional. Pero ésa, es la única forma que tengo que quitarlos de mi camino.

Soy más poderoso que ellos sin tener que ser un mafioso.

El teléfono de mi oficina me trae a la realidad, cuando escucho la voz de mi asistente.

—Sí.

—Señor Ivanović, le recuerdo la junta que tiene con el señor Trasnov dentro de media hora.

Lo había olvidado por completo.

—Gracias.

Me levanto de mi silla, con el fin de reunirme con Trasnov, una lacra que como ya dije. Quiere limpiar su dinero. Si me rehúso a no tener esta junta con él, sospechará.

Después de quince minutos, estoy en la camioneta con Erwan. Según la dirección estamos prácticamente a la deriva.

—Esto es un maldito desierto. —Le digo a Erwan—Será mejor que salgamos de aquí, antes de que se trate de una maldita trampa de Trasnov.

Erwan da marcha a la camioneta para regresar a la carretera, cuando dos camionetas derrapan a toda velocidad hacia nosotros.

—¡Mierda! —Grito—¡Es una jodida trampa!

Erwan gruñe y lo veo que con su mano libre saca el arma para cualquier movida de estos hijos de puta. El corazón se me acelera mientras la sangre hierve en todo mi cuerpo. Mi pulso se acelera también y la adrenalina se apodera de mi mente cuando escucho los primeros disparos que van a impactar en el blindaje de la parte de atrás de la camioneta.

Erwan mantiene la tranquilidad y dispara también.

—¡Dame el arma y conduce! —Mascullo.

—De ninguna manera, voy joderlos ahora mismo.

Sin tiempo que perder, busco el arma que guardo en la camioneta y comienzo a disparar yo también. No lo dejaré solo ni lo perderé a él también.

—Conduce en reversa—Le ordeno y enseguida derrapa para quedar de frente con los hijos de puta en un par de segundos.

Los dos comenzamos a disparar a quema ropa, ellos no se quedan atrás. Le doy a los neumáticos a la primera camioneta e impacta rodando por todo el desierto, perdiendo el control.

Erwan ríe como un desquiciado, la otra camioneta se da por vencido y se detiene, es nuestra oportunidad para ir tras ellos.

—¡Aparca! ¡Aparca!

Soy el primero en bajar de la camioneta. Y correr hacia ellos. Al fondo la otra camioneta explota, haciéndonos caer al piso. Me levanto de nuevo y voy hacia los que aún siguen vivos, pero no por mucho tiempo.

—¡Aleksei! —Me grita Erwan—No se te ocurra hacer una locura.

Loco estaría si me fuera como lo hice cuando murió el agente Croft. Corrí como me lo pidió y me sentí como un completo marica indefenso. Esta vez no será así.

Dos de ellos están mal heridos y les quito el arma. El conductor se queja del dolor y me mira con miedo.

—¡¿Quién te mandó?! —Le exijo golpeando su cara.

Él se ríe de mí, es un maldito hijo de puta loco. Antes de que acabe con él, por fin se digna a hablar.

—Ya lo sabrás…ruso.

A mi mente viene el rostro de August Croft. Ésta es la señal que estaba esperando.

—¿Por qué han tardado tanto? —Le hablo en ruso, si me entiende entonces mis sospechas y las de August serán ciertas.

La mafia rusa está detrás de mí.

—Vas a caer en su encanto—Le responde también en ruso.

Lo suelto y cae en su propia silla.

—¡Mátame! —Me grita.

Me detengo y lo veo de reojo.

—No seré yo quien te mate.

Escucho los disparos que me avisan que Erwan ha acabado con ellos. Regreso a la camioneta y me sirvo una copa de champán para que el alma regrese a mi cuerpo. A pesar de que dije que se habían tardado tanto. Pero ¿Cuatro años?

Cuatro malditos años.

Erwan regresa a mí, a juzgar por su cara, sabe lo que nos espera.

—Cuatro años, Erwan. Cuatro jodidos años y su señal es ésta. Tiene que ser ésta.

—Trasnov fue una trampa, de eso estoy seguro. Antes de dispararle al hijo de puta me ha dicho que no confiemos en nadie. ¿Sabes lo que significa?

—Significa que de ahora en adelante las personas que se nos acerquen, también serán una trampa. Que no te sorprenda que vaya a jugármelas todas. Voy a llegar al fondo de esto. Quien mató Croft, vendrá por mí.

—Su hija vendrá por ti.

Mi corazón brinca.

—Espero que no.

 

 

 

SEMANAS DESPUÉS DEL ATAQUE.

 

—Tengo lo que me pidió, señor—Dice Leon. Un ex analista militar de la CIA, que ahora trabaja para mí.

—¿Has encontrado todo?

—Sí, señor—Responde muy convencido, jamás he tenido alguna duda sobre su trabajo o su ojo de azor—Todo indica que es ella.

Ella.

El pecho se hincha cada vez que mi mente pronuncia su nombre. ¿Qué mierda pasa conmigo? Debo de estar volviéndome loco para seguir recordando su nombre, cada letra y la palabra “insolencia” ahora para mí significa más que una grosería, ahora tiene el nombre de una mujer peligrosa y estoy seguro que será malditamente bella que dolerá.

Lo puedo sentir. Sabía que la mandarían a ella.

—Gracias.

Me entrega el informe que le he pedido con los datos de ella y respiro hondo. Estoy nadando sobre aguas turbias, pero debo hacerlo.

Debo llegar al fondo de todo esto y poder seguir con mi miserable y patética solitaria vida. Rico, pero malditamente solo.

Observo la primera hoja y hay una gran fotografía de ella. ¿Estás jodiéndome? Nadie debería de tener esos ojos tan verdes como ella, ese largo cabello liso y negro como la noche… y esos labios.

—¡Joder! —Exclamo exasperado. Me he puesto duro con ver esos malditos labios carnosos, quisiera morderlos, pero primero…

Primero necesito tocarlos, cada curva que forma ese corazón de su labio superior. Ese arco de cupido es tan jodidamente perfecto y hermoso.

Respiro hondo y calmo mi mierda, debo de ser un maldito enfermo para que una simple fotografía me ponga duro, pido disculpas para mis adentros, cuando un recuerdo viene a mi mente.

¡Y una mierda! No voy a disculparme porque una mujer como ella me ponga duro sin ni siquiera conocerla o conocer su voz.

Doy vuelta a la hoja, lo segundo importante y en lo único que me tengo que concentrar. El plan está hecho. Le he dado mil vueltas a cada uno de los pasos, mis reglas. Reglas que no debo romper por nada del mundo.

Ella es una enemiga. Tengo que verla como mi enemiga.

 

AGENCIA CENTRAL DE INTELIGENCIA

CIA

Elaine Angel Croft Blair

AKA.: “LA PROFESIONAL”

Agente secreto, 10 años de servicio.

 

26 /Junio/1985 WA.

Dirección: Calle Florida Ave 20500, bl. #5

Móvil: 260 619 913

No. de Seguro Social: 050- 26- 4598

 

Estudios:

Periodismo.

Criminología.

Política.

Armas.

 

Posición: Análisis, lenguaje y ciencia.

Operaciones, Espionaje y servicios clandestinos.

 

Categoría:

Narcotráfico.

Tráfico de Armas.

Trata de mujeres.

Genocidio.

Fraude.

Terrorismo.

 

Estado civil: Soltera.

Ex cónyuge: Duncan Ford.

Agente Inteligencia Interna y Operaciones.

 

 

Padre:

August R. Croft.

Dirección Inteligencia.

Estado Civil: Casado.

Muerte: En Acción.

 

 

Madre:

Liz Croft-Blair.

Decoradora de interiores.

Fuera de servicio.

Estado Civil: Viuda de Croft.

 

Hermana:

Christy Ann Croft Blair.

Juez Corte Suprema Washington D.C.

Estado Civil: Soltera.

 

 

Estoy jodido.

Pocas cosas me sorprenden en la vida, pero leer desde su nombre, su rango y años de experiencia ha hecho que mis bolas tiemblen por un segundo. ¿Esta mujer es la que tengo que dejar entrar a mi imperio?

Pensé que era una agente normal. Poco agraciada, un marimacho esperando disparar su arma para sentir la adrenalina.

Según su vida secreta es ser periodista y me pregunto por qué no ha venido a mí como una, sino algo peor.

Una cantante.

¿Desde cuándo una agente sabe cantar?

Cuando me llegó la solicitud su nombre fue lo primero que vi. La maldita CIA y su ahora jefe está detrás de mí y la ha mandado precisamente a ella. Como lo sospeché.

Algo no anda bien aquí. Todo está saliendo a la perfección, me lo están haciendo demasiado fácil enviándome a la hija del agente con el que trabajé y dejé morir. Y lo más importante de todo. No confío en su jefe. Como tampoco lo hacia Croft.

Debo hacerlo por él y por mí. Pero más por él, porque aunque yo no pude salvar su vida. Él sí salvó la mía.

Solamente espero que si el cielo existe y si está ahí. Que me perdone, no solamente por dejarlo morir en ese edificio.

Sino también porque desde hace cuatro años estoy interesado en su hija sin haberme dado cuenta.

Veo el otro perfil, el que según la CIA es el único que debo saber.

 

Elaine Angel Croft Blair

26 /Junio/1985 WA.

Dirección: Calle Florida Ave 78500, bl. #9

Móvil: 278 589 924

No. de Seguro Social: 078- 25- 1498

 

Ocupación:

Periodista.

 

Rango:

Periodismo científico.

Periodismo económico.

Periodismo de guerra.

Periodismo político.

Periodismo social.

Periodismo literario.

Periodismo de investigación.

Fuera de servicio.

 

Estado civil: Soltera,

Ex cónyuge: Duncan Ford.

Militar en acción.

 

 

Padre:

August R. Croft.

Militar.

Estado Civil: Casado.

Muerte: Ataque en Irak.

 

 

 

Madre:

Liz Croft-Blair.

Decoradora de interiores.

Fuera de servicio.

Estado Civil: Viuda de Croft.

 

Hermana:

Christy Ann Croft Blair.

Juez Corte Suprema Washington D.C.

Estado Civil: Soltera.

 

Elaine Croft.

No sabes lo que te espera. Aunque a quién quiero engañar, él que debería de preocuparse de ahora en adelante debo ser yo, debo protegerla como lo hubiese hecho su padre, no solamente de mis enemigos, sino de mí. Debo sacarla de la CIA como él lo quería.

Debo protegerla es por eso que debo verla como mi enemiga.

Debo dejarme atrapar por la profesional.

 

 

Que comience nuestra misión

Capítulo 5

 

Mientras me encuentro en el Montreal. Me aseguro que todo esté como lo he ordenado. Como también tener que despedir a mi chica.

—Estarás bien, Lorein. Seguirás cantando en otro de mis bares.

—Ninguno como Montreal—Se queja fumando uno de mis puros. —Pero es Rusia, no me puedo quejar. Solamente espero que la chica que consigas sea mejor que yo.

Y no lo dudo. Pienso para mis adentros. No puedo esperar el momento en que la señorita Croft venga a cantar para mí como parte de su entrevista de trabajo.

—No vayas a encapricharte con la nueva—Se acerca a mí y se sienta en mi regazo mientras una espuma de humo sale de su boca—Lo de nosotros fue divertido, pero no funcionó.

Me hace reír.

La tomo del cuello y la insto a besarme. Lo hace y al segundo siguiente en que pruebo su saliva, la hago a un lado.

Elaine.

—Lo de nosotros nunca empezó, Lorein.

—Tienes razón, espero encontrar un buen chico que ame algo más que mí que solo mi voz.

—Estoy seguro de eso.

Se levanta y camina hacia la puerta.

—Adiós, Aleksei.

 

 

Ellos no dicen nada. Les he dado los últimos datos del plan. Mañana conoceré a Elaine. Y si pierdo el juicio al menos ellos sabrán que hacer.

—Deben apegarse al plan—Comienzo a decir mientras ellos permanecen callados—La misión de la agente Croft será cantar en el Montreal. Pero algo dentro de mí me dice que no es solamente por eso que querrá entrar aquí. Dejaré que haga lo que quiera conmigo. Me dejaré atrapar por ella y cuando esté adentro, será el turno de ustedes en actuar. El nuevo jefe de la CIA Stoner, querrá matarme y si todo sale como lo planeo, ella no lo permitirá.

»Por nada del mundo deben dejar que ella corra peligro. Ella es de los buenos, como su padre que murió protegiéndome. Les haré creer que soy el mafioso que seguramente andan buscando. Voy a llegar al fondo de esto. ¿Cuento con ustedes?

Se ven uno con el otro. Leon también está presente. Él es de gran importancia para cuando esté adentro.

Espero no equivocarme.

—Cuenta conmigo, Aleksei—Dice Viktor.

Veo a Luther preocupado. Es mi mejor amigo y también me enteré de que ya conoció a Christy. La hermana de Elaine, la otra Croft. Si mi amigo cae en el encanto de una Croft, un ruso como yo. ¿Qué me espera a mí? Si mi amigo jamás ha sido dueño de una sola mujer.

—¿Cuento contigo, Luther?

—Claro, hombre. Solamente espero que sepas lo que haces. Y lo más importante, que nadie salga herido.

Lo veo de soslayo.

—¿Te preocupa tu nueva amiga? —Sabe a lo que me refiero. —¿Te gusta? —No responde.

—No es de tu incumbencia—Se defiende y yo me echo a reír.

—De acuerdo, no lo es. Como tampoco sé que no eres un niño, ni ella tampoco. Espero que su ojo de abogada sepa verlo. Y tú también, no eres abogado, pero eres un ruso, a uno que le gusta jugar. Sabrás qué hacer con ella y pase lo que pase, no voy a meterme.

—Gracias.

—Bien, otra cosa más. Y esto va para todos. Hagan correr la voz.

Los veo a cada uno muy decidido, jamás esperé escuchar en voz alta lo que voy a decir.

—Elaine Croft… es mía.

 

 

CONOCIENDO A LA PROFESIONAL

 

Erwan espera instrucciones. Elaine y su amigo no tardan en venir al Montreal. Apenas y pude dormir anoche pensando en cómo será tenerla de frente. No lo sé, pues no estaré tan cerca, una inmensa pared de vidrio oscuro nos separa. La escucharé del otro lado y veré cada uno de sus movimientos.

Sin que ella lo sepa.

Sin que ella lo note.

Sin que ella mire mi reacción.

Sin que ella pueda ver mis movimientos.

Es astuta, lo sé.

—Todo está listo—Me avisa Erwan. —Están entrando.

—Bien.

Mi copa de champán está servida. Solamente tengo que esperar.

—No me hagas esperar tanto.

Lo veo y asiente con la cabeza. Está tan intrigado como yo. Pero no de la misma forma. Ella es mi misión, yo soy su misión. Ella no lo sabe, pero va a encantarme, y temo que mis reglas sean rotas.

«Mantente apegado al plan, maldito ruso»

Cierro mis ojos. Impaciente de verla. Con temor a quedarme dormido. Mis parpados no lo resisten más. Y pasa, los segundos pasan y la puerta no se abre.

 

 

VEINTIOCHO AÑOS ATRÁS.

 

—Vamos a jugar, Nicolai—Me veo hablándole a mi hermano mayor. Calculo que tengo unos diez años. Quiero jugar, solo quiero jugar antes de que las pesadillas regresen a mí. Y aquel sonido de alguien ahogándose se vaya de mi mente.

—Ahora no, Aleksei.

Siempre dice lo mismo. Ahora no. Papá ha estado llevándoselo al trabajo desde que cumplió diez. Cumpliré diez dentro de un par de años, supongo y no quiero ir con papá. Quiero que mamá regrese.

Recordar a mi madre me hace llorar. Así que lloro. Nicolai piensa que es porque él no quiere jugar conmigo. Pero no lloro por eso. Lloro porque extraño a mamá. Mi hermano se da cuenta de que estoy muy triste y es como si eso lo tocara a él también.

—¿No extrañas a mamá? —Le pregunto.

El asiente con la cabeza, más no llora. Va hacia la pelota que traía en mis manos, pero que solté para limpiar mis lágrimas y me la entrega de nuevo.

—Jugaremos un rato—Me dice.

Yo no estoy feliz. Pero al menos mi hermano jugará conmigo. Nunca me ha gustado jugar con él. Pero es eso a estar en mi habitación recordando.

Recordando cosas que un niño no debe de recordar y que me marcarán por el resto de mi vida.

—Gracias, Nicolai.

Él acaricia mi cabello y corremos juntos hacia el jardín. Un inmenso jardín que antes era hermoso. Antes de que las rosas que mi madre plantó empezaran a secarse por descuido.

Apenas y logramos jugar diez minutos cuando la presencia de mi padre se hace presente en el jardín. Encuentra a mi hermano mayor sonriente jugando a la pelota conmigo. Dejo caer la pelota como si mirara un monstruo y él se da cuenta.

—¡Nicolai ven aquí! —Le grita y mi hermano tiembla, al mismo tiempo en que corre hacia él. Le dice algo en el oído y él corre hacia el interior de la casa de nuevo.

Mi padre me dedica una mirada de odio y esa mirada solamente significa algo.

Camino hacia él como de costumbre, pienso en que esta vez va acariciarme, va a decirme que me quiere, o va a preguntarme cómo estoy. Pero nada de eso sucede, en realidad la única que hacía eso con nosotros era nuestra madre.

Veo hacia el piso. Veo sus zapatos caros que brillan mucho, y él pone una mano en mi cabeza que hace mucho peso. Se da cuenta que tiemblo. Y cuando sus manos llegan a mi mentón para que lo vea. Es como si ya lo esperara y cada día siento menos.

Caigo al suelo, tras aquella caricia de ruso de mierda. Y no lloro.

—¡Levanta! —Me grita y lo hago como un soldado. Sé que las lágrimas ruedan por mis mejillas, pero no siento dolor. No siento nada.

Sus golpes ya no me duelen. Lo único que duele es lo que él le hizo a mi madre.

—Buen chico—Dice al verme de pie, entonces vuelve abofetearme. Esta vez caigo al suelo con más fuerza y mi cabeza siente el duro golpe del pavimento.

Todo oscurece y yo solo quiero a mi madre.

 

 

Mi pecho arde al escuchar esa voz. Su voz.

Ella está aquí. No sé en qué momento me quedé dormido. Pero ella está aquí.

Te miro mirándome

Se siente como una sensación hecha para ser

Y mientras tu cuerpo se mueve con el mío

Es como que estoy sacada del tiempo

Una y otra vez

Pacientemente he esperado

Para que llegue este momento.

 

Después de esta noche

¿Te acordarás

Que dulce y tiernamente

Me buscaste y me acercaste?

Después de que te vayas

¿Regresarás para amarme

Después que esta noche comience a desaparecer?

 

Siento tu contacto acariciándome

Este sentimiento es todo lo que necesito

Con cada beso de tus labios dulces

Es como que estoy a la deriva del tiempo

Sólo lo dirá

Si sientes la forma en que yo me siento

Cuando te miro a los ojos

 

Después de esta noche

¿Te acordarás

Que dulce y tiernamente

Me buscaste y me acercaste?

Después de que te vayas (Después de que te vayas)

¿Regresarás para amarme

Después que esta noche comience a desaparecer?

 

¿Qué me está pasando? Escucharla es como sentir la paz que nunca en mi vida había sentido. Y se parece mucho a la que sentía cuando mi madre me cantaba antes de dormir. Es mejor todavía. Es diferente… es… es… mierda, ¿Qué me está pasando? Quisiera llorar ahora mismo como un maldito maricón. Quisiera salir por esa puerta y abrazar a esa mujer, decirle que lo lamento mucho.

Lo lamento, Elaine.

Cuando termina de cantar se hace el silencio. El plan es que cante, que sea contratada y que comience mañana mismo. Pero, parte de mí me pide más. Quiero más. No quiero que se vaya todavía.

—Señorita Croft, el señor Ivanović tiene unas preguntas para usted.

Se ve ansiosa. Es más hermosa en persona que en su foto. Debería de demandarlos por engañarme así. Ella es jodida y dolorosamente hermosa. Y su voz…

—Claro—Responde.

—Por favor, tome asiento—Le dice Erwan.

—¿Él vendrá aquí?

Eso quisiera, pero no debo hacerlo.

—Parece que hace demasiadas preguntas—Erwan toma el control.

Erwan toma asiento, y sé que está pensando lo mismo que yo. Tal vez más asustado, de saber que esa mujer frente a él, va a volverme loco.

      —Señorita Croft—empieza Erwan con su entrevista—¿Dónde trabajaba antes?

—En un pequeño bar de Los Ángeles.

Es una profesional mintiendo. Si no supiera ya toda la verdad, creería cada una de sus palabras y más viniendo de esa boca.

—¿Tiene muchos pretendientes en la ciudad, algún novio celoso?

—¿Qué clase de pregunta es esa?

Quiero provocarla, quiero hacerle saber que está cometiendo un error en estar aquí. Le dije a Erwan que hiciera todas las preguntas que harían que su insolencia saliera a flote.

—Al señor Ivanović no le gustaría un escándalo durante una de sus funciones—Le explica—Es un bar, por lo tanto uno que otro borracho querrá coquetear con usted.

—No si lo permito—Le espeta seria—Y no, no tengo novio y tampoco pretendientes, que yo sepa.

¡Patrañas! Sé que tiene un ex esposo. Un jodido ex esposo que trabaja con ella. ¿Lo deseará todavía? Seguramente él sí.

«Mantén tu mierda en orden, Aleksei»

—¿Estaría dispuesta a teñirse el cabello de rubio?

—De ninguna manera.

Sobre mi cadáver también.

—El dinero no importa, ya me lo puede teñir el mejor peluquero de las estrellas, no es negociable, no quiero parecer una rubia tonta en el escenario, sé que algunas lo son, pero definitivamente esa no soy yo.

Ella continúa protestando sin motivo alguno. Esto será divertido. Está acabando con mi juicio sin tenerla de frente. Me está volviendo loco. No sé si sea parte de su misión de mierda, pero ella es una insolente a la que quisiera castigar de todas las maneras posibles.

No puedo soportarlo más…

—Tampoco voy a cambiar mi estilo de música, he visto la lista que me dio, son buenas canciones pero no todas son mi estilo. Soy otra clase de chica…

—¿Y qué clase de chica es usted, señorita Croft?

He hablado. ¡Joder! He abierto mi boca de ruso. Pero no lo soporto más. Debo callarla, o iré a callarla de otras mil maneras que se me ocurren.

Está sorprendida. La he sorprendido como me he sorprendido yo hablándole

directamente. Erwan se mantiene serio y en silencio. Sabía que lo haría, un minuto más y mandaba todo al carajo. Pero lo necesito. Es esa la reacción que esperaba. Por más que la llamen la Profesional, ella no va a resistirse tampoco.

—No me gusta repetir, señorita Croft.

—Yo…—Tartamudea y se ve tan apetitosa, he conseguido lo que quería—Lo siento, no quise ser…

—La escucho.

—No me mal interprete, señor Ivanović—Responde tontamente—su lista de canciones es perfecta, es precisamente la música que siempre he cantado, cuando dije que no era negociable, fue precisamente porque no pienso cantar nada popular, me gustan los clásicos románticos, y Mariah es una de ellas.

—Continúe—Me está desesperando.

—No voy a teñirme mi cabello, señor.

—¿Por qué no?

—Me gusta mi cabello así—Continúa viendo un punto fijo en el oscuro vidrio y es donde estoy yo. Juraría que tiene poderes y que me ve sin ningún problema. Sus ojos están clavados en los míos y el pecho me late fuerte.

—Seguramente las demás han sido rubias, pienso que no vendría nada mal hacer un cambio, además seguramente a los clientes les gustará.

—Es precisamente por eso que quisiera que lo considerara.

Ella no va a negociarlo, ni yo tampoco. ¿Se atreve a darme órdenes de hacer un cambio en mi bar? Buena chica.

—Señor, sé lidiar con tipos borrachos, no va haber ningún problema si alguien quiere pasarse de listo conmigo, se lo prometo.

Detente.

Ella aún cree en las promesas. Pobre, ilusa. Aun viviendo la vida como la vive, todavía cree en la esperanza, en las promesas. Yo le demostraré lo contrario.

—No haga ese tipo de promesas, señorita Croft.

—Lo siento.

¿Lo siente? Yo debería sentirlo. Estoy jugando un juego donde ya conozco el final. Ella no lo sabe aún, pero está en la entrada del lobo. Seré su infierno como también su paraíso. Me amará y odiará a la vez.

Ella no vino a cantar, ella vino a incitarme, a seducirme. Lo puedo ver en sus ojos. Ella también tiene miedo. Pero, cielo. Seré gentil.

—Puede quedarse con su cabello natural y puede cantar lo que usted quiera, me gusta su voz y estoy seguro que tendrá un buen gusto, como la canción que ha elegido esta noche.

La canción que no podré olvidar nunca más como las demás que elija cantar.

—Gracias, señor.

Su padre estaría muy enfadado con ella. Al igual que yo lo estoy en estos momentos. Si su misión seré yo. Voy a hacérselas fácil y tarde o temprano cometerá el error de enamorarse de mí. Pero si ese error la salva al final de todo este jodido circo, estoy dispuesto a romperle su jodido corazón para mantenerla a salvo. Tengo que hacerlo.

Cueste lo que cueste.

—Erwan, danos unos minutos.

 

 

 

 

 

 


Incitándote

Capítulo 6

 

Erwan sale por la puerta principal y ella se torna un poco más nerviosa. ¿Cree que me verá? Todavía no está lista para mí.

Ni yo para ella.

—¿Señorita Croft?

Se remueve en su asiento un poco nerviosa y yo me siento duro en estos momentos.

¿Y si la hago mía en estos momentos para que se olvide de su misión?