Copyright © 2015 Kris Buendia

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Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

ISBN: 978-84-17228-76-7

ÍNDICE

AGRADECIMIENTOS

SINOPSIS

SIRVIENDO COPAS

COPA 1

COPA 2

COPA 3

COPA 4

COPA 5

COPA 6

COPA 7

COPA 8

ÚLTIMA COPA 9

UNA COPA MÁS

SOBRE EL AUTOR

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AGRADECIMIENTOS:

 

Para todas las personas que amaron desde antes que se lanzara la Trilogía La Profesional.

Quisieron más sobre Aleksei y Elaine, y para estas fechas navideñas, lo mejor es seguir

Soñando con su historia e ir a meter las narices como dice nuestra querida Elaine, y ver qué tal

Son las fiestas en la mansión de los Ivanović.

 

Gracias al Club de Fans que hizo este relato posible.

 

La Profesional llegó a #1 en Best Seller Erótica en Amazon, gracias de todo corazón, y la mejor

Manera de celebrarlo es dándoles más de La Profesional.

 

Esperemos que todo el drama, las balas, las bombas y los castigos hayan quedado atrás…

Aunque pensándolo bien me gustan sus castigos, ¿A ustedes no?

Felices fiestas a todos, les deseo una feliz navidad, y que alberguen mucho amor y reciban

Muchos regalos.

 

Hablando de regalos… ¿Qué le regalarían a alguien que lo tiene todo?

Creo que Elaine está metida en un grave problema.

 

 

 

SINOPSIS:

 

No soy un hombre alegre que le guste compartir con los demás. Y mucho menos compartir a mi familia con tanta gente aun así sea nuestra propia familia.

Mientras veo dormir a mi mujer, me pregunto lo siguiente: ¿Podría ser más feliz? Pensé que ésta clase de gloria no existía, o que yo era una persona que estaba muy lejos de serla. Lo único que sé es que cada día soy feliz con ella y mi hijo. Son míos, es mi imperio, por lo que respiro cada día.

Muy pronto será noche buena y sé cuál es el regalo perfecto, mi esposa me ha estado insistiendo sobre una cosa desde que nuestro hijo cumplió tres. Eso fue hace dos años, pero es porque he estado evadiendo el tema porque me rehúso a negociar sobre ello.

Hablando de regalos… ¿Qué le regalarían a alguien que lo tiene todo?
Creo que mi mujer y yo estamos metidos en un grave problema.

La amo y quiero hacerla feliz siempre; como lo soy yo desde que la escuché cantar y me atrapó con su valentía y belleza de mujer. 
Es una promesa que le hice a ella y a la vida misma:

Toda una vida. En todas las posiciones posibles.

 

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SIRVIENDO COPAS

 

Aleksei Ivanovic

 

Mientras veo dormir a mi mujer, me pregunto lo siguiente: ¿Podría ser más feliz? Pensé que ésta clase de gloria no existía, o que yo era una persona que estaba muy lejos de serla. Lo único que sé es que cada día soy feliz con ella y mi hijo Angel, el Imperio de mi vida y por lo que respiro a cada segundo.

 

Muy pronto será noche buena y sé cuál es el regalo perfecto, mi mujer me ha estado insistiendo sobre una cosa desde que Angel cumplió tres. Eso fue hace dos años, pero es porque he estado evadiendo el tema porque me rehúso a negociar sobre ello.

 

—Buenos días—Me susurra Elaine con los ojos todavía cerrados, nuevamente se ha dado cuenta que la he estado observando mientras duerme. He estado haciéndolo desde que llegué a una buena conclusión de lo que será el regalo perfecto; o es lo que pienso.

 

—Buenos días, Cielo. —Beso su frente y mi erección mañanera sabe que mi mujer ha despertado. —Cada día estás más hermosa.

 

Elaine entrecierra los ojos y antes de que lea mis pensamientos, la tomo desprevenida y le hago el amor a su boca, esa linda boca que es solamente mía.

—A..m..or—Repasa con dificultad, consecuencia de que estoy metiendo mi lengua dentro de su boca.

—Haz tu trabajo—Le ordeno sin más y ella se ríe.

—Pero si ya estás desnudo—Dice jugando con lo que es suyo—Anoche hice mi trabajo.

 

Buena chica.

 

Sin tiempo que perder, hago que me monte de una jodida vez, sé que está preparada, siempre está preparada para mí y sé que lo quiere, porque lo estoy sintiendo. Mi mujer se desliza sobre mí y rápidamente cierra sus ojos y echa su cabeza hacia atrás. Le agarro las nalgas y hago que me mire y no solamente eso, quiero que me bese.

—Te amo—Le susurro y ella me sonríe pícara—Atrapado, Cielo.

—¡Oh! —Grita y abro los ojos como platos al ver a mi mujer desesperada por llegar al orgasmo—¡Dios, Aleksei!

 

—¡Joder! —Mascullo acostándola de nuevo sobre su espalda, me gusta más está posición donde no tiene escapatoria y donde siempre tengo el control de su orgasmo. Aunque a quién quiero engañar, mi mujer ha descubierto que puede tener el control cada vez que me aprieta por dentro. Siempre me encuentro en problemas, pero amo cada vez que se corre gritando mi nombre.

Nunca me cansaré de escucharlo.

—¡Aleksei! —Grita y ahora soy yo el que sonríe.

—Todavía no he terminado contigo, Cielo.

 

Muerde mi labio inferior y ahora la tomo de las caderas para empotrarla esta vez contra la pared. Es muy temprano por la mañana, espero no haber despertado a nadie y mucho menos a nuestro hijo Angel que anoche casi nos encuentra haciendo el amor, sino fuese porque no alcanza el interruptor de la luz, habría visto a su madre atada de las manos con mi cinturón después de haber discutido por el mismo jodido tema de hace dos años.

Pero eso acabará pronto, voy a negociarlo esta vez.

 

La amo y quiero hacerla feliz siempre, como ella me ha hecho desde que la escuché cantar. Es una promesa que le hice a ella y a la vida misma:

 

Toda una vida. En todas las posiciones posibles.

 

 

COPA 1

 

Mientras voy en el auto, Erwan va jugando haciendo un serio con Angel. Siempre soy yo la que termina divertida. Mi hijo es tan serio como su padre y qué puedo decir de Erwan. El grandulón ahora sonríe a cada segundo, pero su trabajo sobre cuidar de nosotros sigue siendo el mismo y a veces hasta exagera. Mi madre es una mujer afortunada de tenerlo y no digamos Erwan, él se ganó la lotería desde que se casó con ella, y cuando al fin llegó la pequeña Lizzy; ya no hacía falta nada más que una vida para ser feliz siempre.

 

—Señora…Elaine—Se retracta enseguida—¿A qué hora la vengo a recoger?