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MAURICIO BEUCHOT (Torreón, 1950) es doctor en filosofía por la Universidad Iberoamericana. Ha sido reconocido como uno de los principales filósofos de Latinoamérica, principalmente por sus aportaciones al estructuralismo y a la hermenéutica. Ha sido miembro de los consejos de redacción y editorial de diversas revistas filosóficas, entre las que se encuentra Diánoia. Actualmente es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y fue fundador y primer coordinador del Seminario de Hermenéutica del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.

Hechos e interpretaciones

Mauricio Beuchot

Hechos e interpretaciones

Hacia una hermenéutica analógica

Primera edición, 2016
Primera edición electrónica, 2016

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Sumario

Introducción

Sobre la comprensión hermenéutica

Sentido de una hermenéutica inclusiva para la actualidad

Potencialidad y vigencia de una hermenéutica analógica

A la busca del hombre

La historia como hazaña de la interpretación

Hermenéutica y ética

La hermenéutica en la educación

Hermenéutica analógica y derecho

La hermenéutica analógica como política de la interpretación

La hermenéutica, la ontología y el realismo

Nihilismo y sentido del ser

Conclusiones

Bibliografía

Índice

Introducción

En el título de este libro aludo a la famosa frase de Nietzsche: «No hay hechos, sólo interpretaciones», que es innegable que ha sido muy mal interpretada. Si uno va al texto completo de los Nachgelassene encuentra que su autor dice que ésa es una interpretación más, con lo cual se burla de nosotros. Que no quiere decir que sólo existen las interpretaciones y que no corresponden a ningún hecho, nos lo hace ver una hermenéutica analógica, es decir, una que no se quede en la univocidad de la letra ni en la equivocidad de la alegoría. Los que sólo veían interpretaciones eran los románticos, como Schleiermacher; pero Nietzsche, que comenzó entre ellos adoptando la interpretación de Schlegel de la tragedia griega, y que había admirado tanto a ese romántico tardío que fue Wagner, los repudió, gracias a este último. Por eso no podía quedarse con las solas interpretaciones, sin los hechos. Pero, además, quería rechazar el endiosamiento de los hechos que habían realizado los positivistas, a los que él mismo se había pasado, en Humano, demasiado humano, pero por breve tiempo, y ya los había desterrado de su pensamiento. Por eso, a mi modo de ver, y desde una hermenéutica analógica, decía que hay hechos interpretados. Es decir, existen las dos cosas, los hechos y las interpretaciones que hacemos sobre ellos, sin desechar ni a unos ni a otras. Requerimos una hermenéutica incluyente.

En este trabajo intento hacer una presentación sucinta de la hermenéutica analógica y de algunas de sus aplicaciones. Por eso, en el primer capítulo me dedicaré a exponer esta rama de la filosofía y su desenlace como vertebrada por la analogía. Esto nos servirá de marco de referencia y clave para las explicaciones y las aplicaciones que se harán posteriormente.

Paso después a señalar cómo dicha hermenéutica analógica puede funcionar, para darnos una idea de los ámbitos en los que encuentra alguna aplicación. Asimismo, trato de indicar su ubicación dentro de la filosofía actual, el lugar que le es dado ocupar en el terreno de las hermenéuticas de hoy en día.

Enseguida entro al ámbito de la epistemología, o teoría del conocimiento, casi siempre la puerta de entrada a la filosofía, ya que es necesario saber qué podemos conocer, y hasta dónde, para poder avanzar en ese terreno tan lleno de obstáculos. Allí la hermenéutica analógica nos puede servir de llave.

En pos de Heidegger, me interesa la búsqueda de lo esencial del hombre, lo que la hermenéutica puede alcanzarnos de la ontología del ser humano. El pensador alemán prefería la ontología fundamental y relegaba la antropología filosófica (como se vio en su polémica con Cassirer), pero esta última disciplina ha renacido fuertemente en nuestros tiempos. A ella dedicaré su capítulo correspondiente.

La hermenéutica tiene que ver también con la historia, porque toda ella depende de la interpretación que hagamos de los acontecimientos que contiene. Por eso hablo de la historia como hazaña de la interpretación, parodiando la frase de Croce, quien decía que la historia es una hazaña de la libertad. Porque la misma libertad del hombre depende mucho de los instrumentos hermenéuticos de que disponga.

Una hermenéutica analógica tiene contenidos éticos, indudablemente. De esta carga de moralidad daremos cuenta, señalando algunas de sus derivaciones. De manera especial, nos conduce a una ética de virtudes, muy centrada en la frónesis o prudencia.

Esto se refleja, asimismo, en la pedagogía, donde la hermenéutica analógica encontrará una aplicación importante, como la ha tenido en otros terrenos. Ella nos abrirá a una educación más activa, en diálogo abierto, pero tensionada hacia la seriedad y la exigencia de rigor.

Igualmente, y no en menor medida, la hermenéutica de la facticidad humana afecta a la filosofía del derecho, sobre todo por la relación que va a propiciar entre el derecho y la ética. Es necesario conocer al hombre para saber qué derechos debe tener y qué leyes debe obedecer. Ya pasó el tiempo en que eso se consideraba un paso en falso; la famosa falacia naturalista.

Y, por supuesto, la hermenéutica analógica posee una carga política. La hermenéutica no tiene por qué ser considerada como indiferente hacia ella, cosa que se ha hecho en algunas ocasiones. Antes bien, así como Vattimo hablaba de una ética de la interpretación, nosotros hablaremos de una política de la interpretación, ya que ella se ejerce sobre los fenómenos sociales, y de ello se derivan consecuencias prácticas para la sociedad. Hasta esos dominios alcanza la hermenéutica.

A continuación se habla de la recuperación de realismo que está haciendo la hermenéutica. Va de la mano de la vuelta de la epistemología y la metafísica. Es el giro ontológico después del giro lingüístico, que ya ha durado muchos años y ya parece estar agotado. Ya dio de sí. Ahora se necesita un esfuerzo de reflexión filosófica para levantar de nuevo el realismo y la ontología.

Y completamos con un capítulo dedicado a esa vuelta al ser mismo, que es algo que nos hará salir del nihilismo en el que se ha hundido la filosofía reciente, según lo ha denunciado, por ejemplo, Franco Volpi, pensador clarividente, estudioso de Nietzsche y Heidegger, que trató de salir de ellos hacia el ser, antes de que lo devorara la nada, en su trágico y mortal accidente.

El libro se cierra con unas conclusiones, producto de nuestro recorrido por esos temas, y una bibliografía que pretende ser útil y orientadora para el lector.